viernes, 14 de marzo de 2014

La orquesta juvenil paraguaya que surgió del vertedero se va de gira con Metallica

La mítica banda de rock estadounidense Metallica arranca su gira por Suramérica el próximo domingo en Colombia con un peculiar grupo telonero, una humilde orquesta juvenil de Paraguay que toca con instrumentos reciclados del vertedero de su barrio.


"Es algo que ni en el sueño más loco piensas que va a pasar", dijo Glen Cabrera, de 20 años, en medio del último ensayo antes de salir de gira, mientras acariciaba con orgullo su trombón, que en vez de botones dorados tiene llaves y monedas.

Hacer que la Quinta Sinfonía de Beethoven suene con violines hechos de latas de conserva, y saxofones y trompetas a base de cañerías viejas fue uno de los primeros desafíos de esta orquesta creada para apartar a los niños de los peligros del vertedero donde sus padres trabajan.

La Orquesta de Instrumentos Reciclados de Cateura, o "Reciclados" como se autodenominan sus miembros, lleva semanas transformando su repertorio de música clásica y folclore latinoamericano a sonidos más rockeros.


Para la ocasión han preparado varias adaptaciones de conocidos himnos del rock, aunque no quisieron desvelar cuáles.

"Suenan bastante bien porque nuestros instrumentos están hechos de metal. Justamente tenemos un timbre metaloso-latoso que corresponde perfectamente", explicó uno de los tutores de la orquesta, Thomas Lecourt, un saxofonista francés de 26 años, que llegó como voluntario al barrio y sumó sus conocimientos a la banda.



Hasta han diseñado una nueva guitarra para la ocasión, eléctrica, claro, para poder distorsionar un poco la melodía, pero hecha con una tabla de madera para picar comida, manteniendo su sello de aprovechar todos los recursos a su alcance.

"Les vamos a llevar metal en serio", dijo riéndose Andrés Riveros, otro joven saxofonista.

A sus 19 años trabaja y acaba de entrar en la universidad, algo que él mismo creía impensable hace seis años cuando corría entre los desechos del vertedero hasta toparse con las clases de guitarra del director de la orquesta, Favio Chávez.

"Nunca pensé que viajaría a España o Estados Unidos y mucho menos que tocaría con Metallica, casi nos dio una llorera cuando nos enteramos", destacó.

El proyecto social que comenzó en 2006 como meras clases de música se convirtió enseguida en una institución en el "Bañado Sur", donde se encuentra el barrio de Cateura y el vertedero municipal de la capital de Paraguay.

Es fácil saber donde comienza "el bañado", como se conoce en Asunción a las barriadas pobres a las orillas del río Paraguay.

Se termina el asfalto, las calles se pueblan de carros tirados a caballo, los tendidos eléctricos, si existen, son enormes madejas de cables sueltos, y siempre hay alguna acera inundada por las crecidas del río.


En Cateura, dependiendo de hacia donde sople el viento ese día, suele notarse el terrible olor que exhala el vertedero municipal de una ciudad que no cuenta con sistemas de reciclado y eliminación de desechos de forma sostenible.

Este es el entorno de donde sale el arte, ya internacional, de la Orquesta. El tráiler de un documental sobre el proyecto tuvo millones de reproducciones en YouTube hace un par de años y provocó una oleada de ofertas de ayuda desde el extranjero.

Donaciones de dinero e instrumentos, invitaciones de gobiernos y casas reales europeas, como la española o la holandesa, propuestas de conciertos en EE.UU. e incluso en Palestina comenzaron a inundar el correo electrónico de Chávez, mientras en su país ninguna autoridad les echaba una mano, si quiera para encontrar un local mejor donde ensayar.

Los integrantes de Metallica, tras conocer el éxito del proyecto emprendido por Chávez, ingeniero ambiental que llegó a trabajar en el vertedero y se reconvirtió en profesor de música, decidieron hace unos meses invitar a tocar a los Reciclados con ellos.

El sábado inician el viaje junto al grupo de rock, que les llevará a Colombia, Ecuador, Perú, de vuelta a Asunción, después a Santiago de Chile y Buenos Aires.

A pesar de sus éxitos, los chicos y chicas de la banda no sufren de la egolatría de otros artistas, como se pone de manifiesto en sus ensayos, donde los más mayores ayudan a los principiantes.

Riveros desea que los fanáticos de Metallica queden satisfechos con sus versiones rockeras y sinfónicas.

"Espero que si no les gusta, no nos tiren tomates, que en Paraguay están carísimos", dijo entre risas.








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